lunes, 4 de febrero de 2013

¿Con ganas de más?


Si tienes ganas de más... no te pierdas las locas aventuras de Dos gemelas en apuros.
Estás chicas tienen todo que ofrecerte: Amistad, traición, sexo y mucho amor.
No te pierdas cada suspiro, lágrima, risa o lios en los que Kelsy y Abby te pueda proponer... ¿En serio te lo vas a perder?

domingo, 13 de enero de 2013

Gemidos, profundos y desesperados. - 2º Capítulo.

Mason.

Había pasado todo un día ligando con las chicas más guapas de Hidden's Falls. Y que Jack hiciera parte del equipo de Rugby me abriría muchas puertas, y no me refiero solamente a las del despacho del entrenador Collins. Sonrío con ironía al pensar en lo fácil que será infiltrarme en el equipo de rugby, avisto a Aly sentada en el capó del coche leyendo un libro. Jack va a mi derecha parloteando sobre alguna estrategia de Rugby, intento prestar atención a lo que dice, pero ya nada de lo que dice me parece coherente.


—  Tío, he hablado con el entrenador Collins, me dijo que el lunes estará dispuesto a ver tus dotes como jugador. —  Miro a Jack y le doy una palmadita en la espalda.

—  Gracias tío, te debo una—  me despido de él con un apretón de manos y me pongo en marcha hacía donde está aparcado el coche de Alice. Mañana pienso venir en el Jeep, el Audí de Aly es extremadamente cómodo y rápido, pero a mi, lo que de verdad me gusta es el Jeep. Por el rabillo del ojo veo como una chica viene a toda velocidad hacía mi, me paro y la miro. Era una chica menuda, su pelo color naranja hacia palidecer su piel aun más. Lo cual la hacía todavía más apetecible. No tenia unos rasgos finos pero tenia belleza propia, sus ojos verdes me dejaron atrapado al primer instante.
—  Oye, Mason.—  Dijo entrecortadamente mientras recuperaba el aliento.—  Hoy mis padres se van de la ciudad y daré una fiesta intima en mi casa, ¿quieres pasarte luego?
Intenté ocultar mi cara de asombro, vaya por fin una chica con actitud, una que va directa al grano, y yo que creía que en Hidden's Falls todas fueran unas mojigatas.  Le dedico mi sonrisa de coqueteo y ella se sonroja al instante.
— ¿Puedo llevar a mi hermana?
—  Por supuesto, Alice ya está invitada. —  Se muerde el labio sensualmente. Arqueo una ceja y miro en dirección a mi hermana. Alice sigue con su libro lejana a lo nuestro.
—  Claro, cuenta conmigo. —  Le guiño un ojo y me voy dejándola ahí, pasmada. Alice se baja del capó del coche, me mira y luego mira a un punto sobre mi cabeza, hace una mueca.
—  Eres imposible—  Me regaña, y se apresura a meterse en el lado del copiloto.
—  Nos ha invitado a ir a su fiesta hoy.—   Digo metiéndome en el coche.
—  Lo se, ella me invitó.
Alice se pone el cinturón, Enciende la radio y empieza a sonar, All At Sea - Jamie Cullum.
Hago una mueca de horror al sentido musical de mi hermana, ella finge no darse cuenta.
Hacemos todo el trayecto de vuelta a casa en silencio, Alice mira por la ventanilla del coche sumergida en su propio mundo. Nunca la he visto tan callada. Ya delante de casa, apreté el botón del portón automático que se abre momentáneamente. Aparqué el coche, el coche de Carl todavía no estaba y el de Cam tampoco, así que estábamos solos. Alice se bajó del coche rápidamente, la seguí con la mirada, abrió la puerta que daba acceso a la casa y entró. Yo seguí allí sentado mirando a la puerta durante unos segundos. Me pregunto donde vivirá la pelirroja ,seguí a Aly adentro, estaba en la cocina.
— ¡Aly, sabes donde vive...!— Me quedo en el umbral de la puerta, Aly, tiene metida la cabeza en la nevera y cuando se gira para mirarme tiene la boca sucia de chocolate. Hago un gesto de asco y ella pone los ojos en blanco.
— Ella me dio su dirección, la tengo en mi agenda...— Saca la tarta de chocolate y la pone sobre la encimera, coge un cuchillo, corta un trozo y se lo mete en la boca, la tarta tenia un pinta estupenda.
Me acerco, hago ademán de coger el cuchillo pero Aly lo aparta de mi alcancé. Arqueo una ceja, paso un dedo por el sirope de chocolate y la mancho en la mejilla, ella abre mucho la boca, y me mira con los ojos muy abiertos. Me río, ella deja el cuchillo sobre la encimera, pasa el dedo a un costado de la tarta y me ensucia la nariz. Hago una mueca, paso el dedo sobre el sirope de mi nariz y me lo meto en la boca. Alice hace un gesto de asco y se limpia la mejilla, vuelvo a reirme.  Escucho el portón automatico abrirse. Alice mira hacía la puerta de acceso al garaje y se queda paralizada.
— Cam tiene compañia. — Me mira y veo como poco a poco se va poniendo cada vez más palida.—  Lobo.
— Me pregunto que querrá ahora. — Le hago un gesto a Aly para que se ponga  detrás de mi. Es mi unica forma de mantenerla a salvo. Mi instinto alfa salta en cuanto se abre la puerta. Mi lobo gruñe a todo pulmón queriendo salir y defenderse del intruso. Cierro los puños, intentando contralar al lobo que llevo dentro. Cam aparece en la puerta y seguido de él va un chico alto, ancho de hombros, moreno y de ojos castaño.  Cam se para y me mira con el ceño fruncido, supongo que mi cara de hostilidad es más profunda de lo que pretendia. Siento la mano de Aly sobre mi espalda e intento recuperar la compostura.
— Chicos os presento Ethan McCall.— Cam sonrie y señala al chico que lo tiene al lado.— Es hijo de Richard McCall.
— Un momento,¿ hijo del Richard McCall que fue contigo a la universidad?— Me giro y miro como Aly mira asombrada a los recien llegados.
— Eso es. — Cam se rie y se acerca, mira la tarta de la ensimera y nos dedica una mirada de reproche. Maldición.  Aly se pasa por mi, se acerca al tal Ethan y le estrecha la mano. ¿Pero que se supone que está haciendo? ¿Donde está el sentimiento hostil que debemos albergar hacía otras manadas? Bueno tampoco es que nos consideremos una manada. Cam me mira y hace un gesto para que me acerque y le estreche la mano, niego con la cabeza.
—Cam me ha dicho que vais al Hidden's Falls— Dice Ethan con voz ronca, arqueo un ceja y lo miro. El lobo que llevo dentro lucha por salir, cierro los puños con mas fuerza. Aly se acerca a mi y me pone una mano en el hombro y es ahí donde se relaja mi lobo interior, la miro y la dedico una media sonrisa.— Mi hermana y sus amigos van ahí...
— Sí, tuvimos la mala suerte de toparnos con ellos.— digo con sorna. Aly aprienta más su mano y me relajo.
— Mason— Dice Cam dentre dientes, suspiro, seguramente me regañe cuando el chucho se vaya por no ser cortez. Sonrio con ironia.— ¿Por que no te sientas Ethan?
Ethan se sienta en una de las sillas de la mesa de Cristal de la cocina, suspiro y miro hacia otro lado. Ya no tengo ganas de matarlo, pero seguramente sea porque tengo a Aly a mi lado, ella siempre tuvo la habilidad de devolverme el autocontrol.
— Bueno, fue un placer conocerte Ethan, pero tengo deberes que hacer — Dice Aly, con un sonrisa en los labios, Ethan se la devuelve. Arqueo una ceja, " Deja de ligarte a mi hermana, Chucho.." Alice, me tira del brazo y la sigo. Se coge su bolso y subimos las escaleras. Ya en el pasillo de la planta superior ella abre la puerta de su habitación y me tira hacía dentro. Me dejo caer sonbre su cama. Aly se deja caer a mi lado y nos quedamos en silencio mirando al techo. Agudicé el oido y me centro en la planta baja.
— Siento la actitud de Mason, no se ha tomado muy bien lo de mudarnos a la otra punta del país.— Dice Cam disculpandose, pongo los ojos en blanco, si supiera él...
— No te preocupes, tengo una hermana de dieciseis, siempre tienen las hormonas a tope.— se ríe Ethan.
Dejo de escucharles y miro a Aly, tiene los parpados cerrados y su corazón va a un ritmo lento. Frunzo el ceño. Nunca me habia fijado en que el tatuaje de Aly se estaba extendiendo. Juraria que ese trozo de tatuaje no estaba ahí esta mañana.
— Deja de mirarme.— susurra Aly soñolienta. Suspiro y vuelvo a mirar al techo.
        
***

A las ocho y media aparco el audi delante de un caserón, las luces estaban encendida, miro a Aly.
— ¿Seguro que es aquí?
— Bueno... esa es la dirección que me dio ella. — Aly y yo nos bajamos del coche y emprendemos la marcha hacía la entrada. Desde fuera se escucha el sonido de una canción no muy alta. Alice llama al timbre y escucho cómo alguien viene en dirección a la puerta con paso rápido. Dos segundos después la pelirroja estaba plantada en la puerta, me dedica una mirada de lujuria y luego mira a Aly.
— ¡Me alegro de que hayáis podido venir!— Dice saltando y tirándome de la camiseta para que entre, me giro y miro a Aly con los ojos desorbitados. Ella limita a poner los ojos en blanco. La pelirroja nos conduce hacía la cocina. Abre la nevera y nos da a Aly y a mi una cerveza. La abro y me bebo un sorbo.
— Bonita casa.
— Gracias, vamos, los demás están en el salón.— Me coge del brazo y me guía por la enorme casa.
Por el rabillo del ojo veo como Aly nos sigue. La pelirroja abre la puerta y da al enorme salón, de lo primero que me doy cuenta es que en la chimenea se quema muy lentamente un trozo de madera. Hay unas cuantas chicas allí, recuerdo sus caras aunque no sus nombres. Veo a Jack y a unos tipos del equipo de Rugby.
— ¡Chicos, llegaron!— Grita la pelirroja. Veo como Jack deja de ligar con la rubia y mira en nuestra dirección, levanta su cerveza al aire como signo de saludo y yo hago lo mismo. Aly pasa por nosotros y se junta con una chica menuda y morena. Es guapa, pero no logra llamarme la atención. La pelirroja me tira hacía uno de los sofás de cuero blanco.  Me siento y ella se sienta casi pegada a mi, me bebo otro sorbo de mi cerveza mientras ella me presenta los que están allí, según parece ella se llama Jane. "Jane, una mas de mis polvos de un noche" pienso con ironía.
Una de las chicas, una morena de ojos verdes, se acerca al sofá y me hace preguntas, me limito a responderla. Los demás están a lo suyo, bebiendo, bailando o simplemente hablando.
Cuando llevábamos allí así como media hora, Jane, la pelirroja se acerca más a mi y me susurra al oído:
— ¿Te enseño la casa?— Digo sí con la cabeza, nos levantamos, dejo la cerveza encima de uno de los muebles, y la sigo.
Abro la puerta de su habitación con ella enrollada en mi cintura, no ha parado de besarme desde que nos fuimos de la vista de la gente. La tiró a la cama y ella lanza un pequeño gemido. Me quito rápidamente la camiseta y me voy bajando la cremallera de los vaqueros, ella aún esta mirándome embobada, no la culpo. Me tiro hacia ella y me coloco debajo, ella se quita la camiseta y yo la desabrocho su sujetador. Se sorprende que lo haga con tanta destreza, y eso la hace ponerse mas excitada, siento su corazón como si lo tuviera entre mis dedos. Rápidamente me pongo el condón que me ha dado y la penetro, su cabeza se cae en mi hombro, lo que significa que no había tenido algo así nunca (claro que no...). Empiezo a aumentar la velocidad al ver que ella no es una principiante, siento sus uñas en mi espalda y su corazón en mi pecho, parecía que le iba a dar un paro cardíaco, pero aun no estaba en el orgasmo, así que me puse encima de ella y la mordí en la clavícula, soltó un gemido fuerte y prolongado, que pensé que lo había escuchado todo el mundo, lo que me encendía mucho más. Cuando sentí que estaba cerca del orgasmo, la levanté y la llevé a la pared para terminar bien. Sentí como se estremecía y clavaba sus uñas a mi espalda, lo que hizo que yo terminase dentro de ella.
No me gusta quedarme con mis líos después del sexo, así que me vestí y escuché un aullido. El de Aly.
— Me voy, he dejado a Aly sola con Jack, ya sabes como es Jack. Dije, poniéndome las zapatillas
— ¡Adi...!— La dejé con la palabra en la boca y salí de la habitación a buscar a Aly. Me metí en el audi, siempre llevaba una copia de las llaves del audi, como Aly con el jeep. Fui a casa, en la radio sonaba Nicky Minaj, no me disgustaba, pero prefería escuchar mis discos, cogí el primero que encontré y empezó a sonar Nirvana - Smells Like Teen Spirit.
Cuando llegué a casa aparqué el coche en el garaje, dejé mi ropa en el coche y me transformé. Seguí el olor de Aly hasta a la colina, y allí estaba, mirando a la luna.

viernes, 11 de enero de 2013

Odio al primer mordisco - 1º Capítulo.

Alice.


"Pi, pi, pi." Tiro el despertador contra la pared, vuelvo a protegerme bajo las mantas y caigo en un profundo sueño.
 — ¡Alice! — El ruido venia del pasillo, saqué el móvil de debajo de la almohada y miré la hora. Eran las 7: 45. Mason irrumpe en mi habitación, solo lleva una toalla atada a la cintura, le miro con el ceño fruncido.  — Tienes cinco minutos para levantarte de esta cama y bajar a desayunar o iras caminando al instituto.
— No utilices ese tono conmigo. — Me levanto a regañadientes.—  no serias capaz de dejarme ir sola, ya lo sabes.
 — No me tientes. — Dijo con una sonrisa macabra en los labios. Cogí una almohada y se la tiré pero antes de que le llegara a alcanzar cerró la puerta de golpe. Pude oír su risa en el pasillo mientras se dirigía a su habitación. Me dirigí al baño a darme una ducha rápida, me cepillé los dientes y volví a mi habitación. Rebusqué en el armario, cogí unos vaqueros y un top negro. Me vestí a toda pastilla, calcé  mis converse y me peine el pelo. Cogí mi bolso y salí al pasillo. Bajé las escaleras de dos en dos, y me metí en la cocina. Carl ( mi padre) cómo siempre, estaba mirando el periódico local en busca de alguna noticia que le pudiera interesar. Cam ( mi otro padre ) estaba terminado de hacer sus deliciosos gofres. Les saludo y me siento al lado de Mason quien me mira con aire divertido. Pongo los ojos en blanco.
—  ¿Lista para tu primer día de clase en el nuevo instituto, Alice?—   Pregunta Carl, quien deja de lado el periódico y me mira con atención. ¿He dicho que Carl es medico? Pues, sí. Y como medico tiene la extraña manía de mirarte atentamente mientras habla contigo..
 —  Para nada  — Respondo haciendo una mueca de horror, hecho sirope a mi gofre, corto un trozo y me lo meto en la boca.
—  Estoy seguro que harás buenas amigas —  Dijo Cam con una sonrisa en los labios, aunque sabia que solo lo decía para reconfortarme me sentí mucho mejor. Cam, siempre sabia que decir. Me terminé mis gofres, me despedí de mis padres y seguí a Mason al garaje. Mason se metió en el Audi RS5 gris, me subí al lado del copiloto y cerré la puerta con más fuerza de la necesaria, me puse el cinturón y me removí en el asiento.
 — ¿Te estás olvidado de algo, Aly? —  Miré a Mason confundida. ¿Que se supone que me he olvidado? Hago un repaso mental. No, nada. Niego con la cabeza. —  ¿Seguro, Aly?
Mason mete la mano en uno de sus bolsillos y saca un collar de plata y me lo tiende. Me llevo instintivamente la mano al cuello. Mi collar de la suerte, es el único recuerdo que tengo de mi madre. Lo cojo y me lo pongo. ¿Como no pude darme cuenta de que no lo llevaba?
 — Gracias —  Le dedico una media sonrisa, paso la mano sobre el medallón de media luna y suspiro aliviada.  Mason encendió el coche y salió del garaje. Esperó hasta que el portón automático se cerrara, soltó el embrague y aceleró. Encendí la radio y empezó a sonar "Titanium" - David Guetta.
Apoyé la frente contra la ventanilla del coche y me dispuse a mirar como el paisaje que pasaba a toda velocidad ante nosotros.
Veinticinco minutos después Mason aparcaba el coche delante del High School Hidden's. Me quito el cinturón, apago la radio, cojo mi bolso y bajo del coche. Mason se baja del coche y se une a mi. Desde fuera el instituto se ve grande. Se deja entrever sus paredes de ladrillo escarlata, delante de la fachada había un asta por donde se colgaba la bandera de nuestro país. Sentí unos cuantos ojos curiosos puestos en nosotros, el viento me trajo un olor muy familiar. Lobos. Mason se puso tenso a mi lado.
 — ¿Tu también lo has sentido? —  Le susurré a Mason, él asiente. Al otro extremo del aparcamiento vi a tres tipos grandes que venían con paso decidido hacia nosotros. Sin duda eran lobos. Al que iba al frente pude ver que uno de sus tatuajes se le sobresalía por el cuello.  Es muy normal que los lobos tengamos tatuajes pero solo son visibles por otros lobos. Los alfas son los únicos que tienen los tatuajes completos, los demás solamente tenemos un enigma en formato de tatuaje. El chico que iba al frente era alto, seguramente mediera metro ochenta, rubio y con unos grandes y bonitos ojos verdes. Los demás era tan altos como él, rubios y de ojos azules. Pararon a menos de medio metro de nosotros, él tipo de enfrente miró Mason. Proyectaba una mirada casi violenta, con un extraño fulgor en sus profundidades. En cuanto dejó de examinar a Mason me miró de arriba abajo.
— No podéis estar aquí, este es nuestro territorio. — Su voz era profunda y autoritaria. Mason dio un paso hacía él y se interpuso entre ambos. Podía notar lo mucho que se estaba controlando para no saltar sobre aquel chico, allí mismo delante de todo el instituto. Mason siempre tuvo un genio fuerte y que alguien le dijera lo que tenia que hacer, como hacer y lo que no debía hacer le sentaba como el culo.
— No vi ningún cartel diciendo que aquí fuera el territorio de algún chucho, ¿los has visto tu, Aly?— Se podía distinguir perfectamente la ironía de la voz de Mason. Los dos lobos de atrás intentaron disimular una risita con tos.
  Negué con la cabeza. Sentí la gélida mirada del lobo superior y bajé la mirada.
—  Vuestra manada no tiene ningún derecho a estar aquí, así que si no queréis problemas marchaos de nuestro territorio.—  Dijo el lobo superior ignorando el sarcasmo de Mason. Masón se echó a reír a carcajada limpia, de verdad se estaba divirtiendo con la situación. Fruncí el ceño.
 — ¿De verdad eres tan imbécil para creer que somos una manada?—  Levanté la mirada hacía el lobo superior, él enmudeció de inmediato y volvió a escrutarme con él semblante serio. Mason dejó de reírse y se hizo a un lado para mirarme. La tensión que había entre ambos se podía cortar con un cuchillo y seguiría ahí.
—  Vaya, veo que  hablas.  — Ironizó y dio un paso hacía mi. Mason inmediatamente se interpuso otra vez entre ambos, si había algo que conseguía sacar a Mason de quicio más que decirle lo que debe hacer, es que se metan conmigo.
—  No hay manada, así que te sugiero que te guardes tus burlas a tu... —  Mason hizo una pausa y miró a los dos tipos que tenia el lobo superior a su espalda.  — manada de chuchos y nos dejes en paz.
Mason hizo ademán de irse pero el lobo superior le sujetó del brazo, Mason le quitó las manos de encima de una sacudida brutal, el lobo superior dio un paso hacía atrás.
 —  Todavía no hemos terminado con esto —  Dijo el lobo superior con voz autoritaria. Mason le fulminó con la mirada.
 — Si, por supuesto que hemos terminado  — Mason habló con su tono autoritario de alfa y eso hizo que la tensión creciera todavía más, dio un paso hacía delante pero el lobo superior volvió a interponerse en su camino, Mason le dio un empujón y este se hecho atrás, el lobo le ensenó su perfecta dentadura, sabia perfectamente lo que eso significaba, se estaban amenazando el uno al otro, me acerqué a Mason y le clavé las uñas en el brazo, el siguió firme,  ni pestañó.
— Creo que por hoy, ya hemos llamado demasiado la atención...—  Mason relajó su posición y miró a nuestro alrededor, había varias miradas curiosas mirándonos con atención.
 — Tiene razón —  razonó el lobo superior, Mason le dedicó una mirada de desprecio. — Pero esto no se a acabado. — Sentenció él dejándonos el camino libre, di un paso hacia delante y tiré de Mason quien en un principio se resistió pero luego dejó que lo arrestara por el sendero de piedra flanqueado por setos oscuros.

En el interior había más luz y se estaba más caliente de lo que me esperaba. Busqué la secretaria y no tardé mucho en encontrarla, Mason me seguía en silencio. La oficina era pequeña: Una salita de espera con sillas plegables acolchadas, una gastada alfombra con motas amarillas, noticias y premios pegados sin ningún orden ni concierto en las paredes y un gran reloj que hacía tictac de forma ostensible.
Un mostrador alargado dividía la habitación en dos, detrás del mostrador había dos escritorios. Una morena delgaducha se sentaba en uno de ellos. Llevaba una camiseta de color purpura que, de inmediato, me hizo sentir que iba demasiado elegante.
 La mujer morena alzó la vista.
— ¿Te puedo ayudar en algo?
—  Si, soy Alice Lockwood —   Le informé y de inmediato advertí en su mirada un atisbo de reconocimiento. Mason se acercó donde estaba y miró a la chica morena sin ningún humor. Ella de inmediato se sonrojó, Mason tenia ese efecto sobre las chicas. Carraspeé y ella salió de su ensueño, me miró de mala gana y empezó a rebuscar entre el montón de papeles que había sobre su mesa.
 — Aquí tengo vuestros horarios y un plano de la escuela.  — dijo de forma automática, levantó la vista y miró a Mason disimuladamente, puse los ojos en blanco. Nos entregó nuestros horarios, repasó nuestras clases y marcó en el plano el camino más idóneo para ir a cada clase. Luego nos entregó el comprobante de asistencia para que lo firmara cada profesor, y que se lo teníamos que devolver terminada las clases.
Dedicó una gran sonrisa a Mason y luego nos dijo que esperaba que nos gustara Hidden Falls. Le di las gracias y salí seguida por Mason.
Los estudiantes empezaban a entrar cuando Mason y yo salimos al pasillo. Me despedí de él con la mano y él me dedicó una mirada conciliadora. Examiné mi plano y de inmediato me dispuse a buscar mi taquilla. Tardé unos minutos hasta encontrar el numero 123. Puse la combinación y abrí la taquilla, estaba vacía, abrí mi bolso y dejé los libros de las ultimas clases allí. Sentí un enorme alivio de no tener que cargar todo el día con ellos. Sonó el zumbido casi nasal del timbre, cerré la taquilla y volví a mirar el plano. Me tocaba en el edificio dos, seguí recto al pasillo y giré a la derecha, casi me choqué con el chico que hacía apenas un momento acompañaba al lobo superior. Él me miró con una tenue sonrisa en los labios.  Arqueé una ceja confundida.
 — ¿Donde te toca?—   Dijo sin apartarse.
Miré el plano disimuladamente.
—  Edificio dos, aula cuatro F —  contesté fijándome en él con renovado interés. Era realmente guapo, siento como mis mejillas van cogiendo color.
—  Genial, me toca al lado, venga te acompaño.
Le miro todavía más confusa, no lo entiendo, hace apenas un minuto estoy segura de que se habría metido con Mason o conmigo en una pelea ¿y ahora se ofrece para acompañarme? Él empieza a caminar en sentido contrario, dudo un segundo en si seguirlo o no. Respiro hondo y le sigo. Él abre una de las puertas dobles y espera a que pase, paso y salimos al patio, le sigo en silencio. Mirase donde mirase, había ojos curiosos por doquier. Localicé fácilmente el numero " 2 " pintado en negro sobre un fondo blanco con forma de cuadrado en la esquina este.  Noté que mi respiración se acercaba a hiperventilación al aproximarse a la puerta.  El chico rubio que se había ofrecido para acompañarme me abre la puerta, contengo la respiración y entro.  Me quedo parada al lado de la puerta. En la puerta está pintado en color gris  " aula 4F" suspiro.
—  Por cierto, soy Gael, si necesitas algo estaré por aquí. — Se despide con un movimiento de mano y se aleja. Respiro profundamente y entro en clase.
Entregué el comprobante al profesor, un hombre alto y calvo al que la placa que descansaba sobre su escritorio lo intensificaba como Sr. Harris. Me miró durante un rato, yo por supuesto me puse como un tomate. Me presentó a clase y después me envió a un pupitre vacío al fondo de clase. Durante toda la clase sentí miradas puestas en mi, intenté mantener la calma.  En cuanto sonó el timbre, una chica menuda, de pelo moreno y ojos marrones oscuros se acercó a mi pupitre. La miré y ella me sonrió de oreja a oreja.
—  Hola, soy Megan
 Sonreí tímidamente.
—  Alice —  Meto mis cosas en el bolso y hago ademán de salir de clase, Megan me sigue.
—  ¿Que te toca ahora? —  Preguntó.
— Eh... Historia, con el Sr. Holland, en el edificio Cinco.
— Voy hacía el cuatro, pero puedo enseñarte el camino  — Demasiado amable sin duda.
Sonreí agradecida.
 — Así.... que... — Podía ver que estaba intentando entablar una conversación  — Bueno, chica nueva, gira a la derecha y veras el edificio 6, te veo luego, suerte.
 Me la quedo mirando durante unos segundos. Esta chica no está bien de la cabeza. Niego con la cabeza y hago lo que me ha dicho, giro a la derecha y efectivamente ahí está el enorme " 6" pintado en un cuadro al lado de la puerta. Las primeras gotas de lluvia empiezan a caer, me pongo la capucha, y camino con paso rápido y decidido hacía allí. Entro en el edificio y me refugio de la lluvia. Me abro paso por el pasillo, vuelvo a mirar el horario, aula 1D. Levanto la mirada y la encuentro delante de mi, entro. El Sr. Holland es alto, cerca de los treinta, moreno de ojos azul. Es extremadamente sexy. Me sonrojo ante tal pensamiento, le entrego el comprovante y me lo firma. A diferencia del Sr. Harris él no me presenta a la clase, suspiro aliviada y me dirijo al único pupitre vacío de la clase, cómo no, también había miradas curiosas observándome.
Me siento al lado de una chica morena con varias mechas de colores en la cabeza. Nada más sentarme siento su olor, loba. Ella me mira por el rabillo del ojo, pero no dice nada. Saco el libro de historia y busco la pagina donde nos encontramos. El Sr. Holland es muy entretenido, se nota que es un profesor apasionado por su profesión. La clase se me hace muy corta, nada más sonar el timbre me levanto y empiezo a recoger mis cosas. Miro al pupitre de al lado pero la chica loba ya no está. Ladeo la cabeza, y salgo de clase. A fuera sigue lloviendo, me dirijo a mi última clase antes del recreo, Geografía. Esa clase me hace excesivamente larga, cuando suena el timbre corro hacía el edificio principal y busco mi taquilla. Nada más acercarme a la taquilla me encuentro con Megan, ella me sonríe tímidamente y se acerca.
— Oye Alice, eres nueva por aquí y...—   Hace una pausa intentando encontrar las palabras adecuadas—   Sí quieres estaré encantada de compartir la mesa del almuerzo contigo.
La miro sorprendida durante un segundo y luego recobro la compostura. Ella me mira con ojos llenos de ilusión, sonreí.
—  Por supuesto—  Megan da un saltito y luego me coge del brazo y tira de mi hacía el comedor.
Nos sentamos al final de una larga mesa con algunas de sus amigas. Ella me las presentó, pero se me olvidó el nombre de todas en cuanto los pronunció. Parecían muy interesada por saber de donde venia y cómo había llegado allí. Procuré actuar con diplomacia y limitarme a sonreír ante los comentarios sobre mi hermano.
Vi a Masón sentado al otro extremo de la cafetería con el equipo de Rugby, Masón no tenia la menor dificultad para hacerse amigo de los populares. Él se dio cuenta de que lo mirara. Me miró y torció una media sonrisa. Uno de los chicos siguió su mirada y me vió. Hizo un comentario y Masón le fulminó con la mirada.
—  Tienes que presentarme tu hermano, está muy bueno —  lo dijo una de las chicas, la miré, ella era pelirroja, tenia unos hermosos ojos verdes y unas cuantas pecas en las mejillas y en la nariz. Las chicas se giraron y miraron a Masón, todas soltaron una risita tonta. Puse los ojos en blanco.
 — Cuando quieras —  Respondí en tono cansino. En serio, odiaba que las chicas solo se acercasen a mi, por mi hermano.—  Bueno, chicas, se me ha olvidado algo en mi taquilla, nos vemos luego.
Me levanté, Megan se ofreció por acompañarme, pero le contesté que sabia el camino. Corrí hacía mi taquilla, saqué los libros de las ultimas clases y me los metí en el bolso. Volví a mirar el plano. La próxima clase me tocaba en el edificio dos y como ya sabía el camino, me dirigí hacía allí. Todavía quedaban veinte minutos para que las clases empezaran, pero no quería volver con Megan y sus amigas, así que me dirigí a la siguiente clase. La clase, cómo no, estaba vacía, me decanté por uno de los pupitres cerca de la ventana y me senté ahí a esperar. Me saqué una manzana del bolso y empecé a comerla. La vista desde la ventana daba hacía el bosque, empecé a imaginarme corriendo a toda velocidad por el, suspiré con pesar, solo me quedaba tres largas horas para volver a ser libre.  No sé cuanto tiempo estuve así, hipnotizada por el bosque hasta que escuche a alguien acercarse a mi. Levanté la cabeza y di con el lobo superior mirándome fijamente. Fruncí el ceño.
—  Estás en mi sitio.—   Dijo en voz seca y sombría.
— Oh, vamos — dije con un deje de ironía —  hay como más de veinte sitios vacíos —  señalé los demás pupitre —  ... ¿no puedes simplemente sentarte en uno de ellos?
— No.
— Pues es una lastima, por qué de aquí no pienso moverme.
Me encogí de hombros y miré hacia la ventana.
—  Primero tu hermano y tu invadís nuestro territorio,¿ y ahora me quieres quitar el sitio?—   Me volví para mirarle, me miraba sin ningún tipo de humor. Suspiré.
—  No sabía que era tu sitio ¿vale? —  Dije de mal humor, ¿cómo era posible que este chico me sacaras tan fácilmente de mis casillas? Hice ademán de levantarme y vi un destello de sorpresa en su mirada, lo que hizo que me detuviera.
—  Y no lo es.
— ¿Qué? — Mi voz fue más grave de lo que pretendía, carraspeé.
—  Este no es mi sitio.
 — Pero si...—  Balbuceé.
El se sentó en el pupitre de al lado y me indagó con la mirada. Me estremecí al ver sus ojos, eran incluso más penetrantes y oscuros desde cerca. Sus ojos escondían algo, algo parecido al peligro y al éxtasis. Sentí como se me subía el calor hasta las mejillas y miré hacia la ventana para que no viera que me había sonrojado.
—  ¿A que habéis venido? —  En su voz ya no había ningún signo de autoridad, solo simple curiosidad. —  ¿ A que habéis venido tu hermano y tu?
—  Ofrecieron un trabajo a mi padre aquí, y él lo aceptó.—   intenté mostrarme indiferente, pero no lo conseguí.
—  ¿Lo aceptó?—  Frunció el ceño—  ¿De que trabaja tu padre?
— Es medico — Dijo con un deje de orgullo hacía mi padre.
— Medico, ¿eh? —  Curvó los labios en una media sonrisa, sentí como me volvía a poner roja.
—  Sí.
—  Soy Kyle Reynold. —  Su sonrisa se hizo más ostentosa. No pude evitar sonreír. Era tan guapo, advertí que llevaba el pelo húmedo y despeinado, pero, aun así, parecía que acabara de rodar un anuncio para una marca de Champú. —  y tu seguramente seas Alice Lockwood.
—  Aly. —  Le corregí.
Se rió de forma suave y encantadora.
—  Parece el nombre de un perro.
—  ¡Oye!—  Le dije en tono de reproche. Él se rió más fuerte, y yo hice una mueca. Su risa era tan encantadora cuanto su sonrisa en sí.
Poco después sonó el timbre y los estudiantes empezaron a ocupar sus sitios, pude distinguir algunos rostros, aunque no sabia sus nombre. La clase de Español pasó efectivamente rápida. La profesora Suárez, nos dijo que hiciéramos parejas y que nos comunicásemos entre nosotros en español. Kyle se ofreció por ser mi compañero y lo acepté. Su voz era realmente sexy con ese acento extranjero. No pude evitar reírme. Y en algunas ocasiones sentí las miradas de mis compañeros puestas en mi, algunas estaban llenas de desazón y otra con cierta sorpresa. Kyle resultó ser alguien realmente entretenido, cuando sonó el timbre, recogí mis cosas sin ninguna prisa. Me dirigí hacía la puerta y Kyle me siguió. Ya en la puerta me volví para mirarle.
—  Nos vemos por ahí, Aly—  Se despidió con un movimiento de cabeza, sonreí y me dirigí a mi ultima clase.

miércoles, 9 de enero de 2013

Prólogo.



Sentí el fresco aire de invierno en la cara, la luna estaba en lo alto, blanca y reluciente cómo siempre. Iluminaba a todo el bosque mientras Alice y yo corríamos. Mis sentidos percibieron el latido del corazón de un ciervo, no muy lejos de donde nos encontrábamos, empecé a correr hacia allí y Alice me siguió, la primera presa de la noche, y un ciervo, sería grande, seguro. A los pocos segundos avisté al ciervo a unos diez metros de donde me encontraba. En un abrir y cerrar de ojos estaba ante mi, lo primero que hice fue tirarme sobre el rápidamente, le mordí el cuello, pude sentir sus latidos debilitándose hasta dejar por fin de latir. Alice me observaba muy de cerca. Estaba feliz, una presa tan grande no se ve todas las noches y hoy me sentía con más hambre de lo normal, así que después de terminar con el ciervo seguí con la caza, corrí  hacía la colina. El bosque de la nueva ciudad era enorme, tan enorme que no parecía tener fin. Este era nuestro nuevo hogar. Alice y yo acabamos de mudarnos al norte del país con nuestros padres y ya me sentía como en casa. Hidden Falls era increíble, además de tener un bosque dimensional teníamos el frío que ayudaba bastante con todo eso de la metamorfosis.
Al llegar a la colina Alice y yo aullamos, aunque los lobos aullaban solo para llamar a su manada, Alice y yo hicimos de eso una tradición, seguramente los vecinos estarían asustados, pero después de unos cuantos días, estaba seguro de que se acostumbrarían a ello. Decidimos volver a casa, habíamos cogido una buena presa, y seguramente nuestros padres se estarían preguntando donde nos hemos metido. Así que hicimos una carrera para ver quién podía llegar antes. Aunque Alice no tuviera las habilidades de un alfa, era muy rápida, y me encantaba correr con ella. Era una buena adversaria, siempre me sorprendía.


 Ya en el patio trasero de casa volví a mi forma humana, y Alice también, recogimos la ropa que habíamos dejado y nos vestimos. Las transformaciones siempre destrozaba la ropa así que siempre dejábamos algo de repuesto para cuando volviésemos a nuestra forma humana.   Nos colamos por el hueco de la ventana de su habitación  ya que era la única que daba al patio trasero.


- No te acuestes tarde, no me apetece llegar tarde mañana.- Dije despidiéndome


- Claro, Bro.- Me sonrió y cerró la puerta.


 Mañana nos esperaba un largo día, de esto estaba seguro.

martes, 8 de enero de 2013

Personajes.

                                     MORDISCOS.
                             
Demi Lovato is Luna Moordens | 18 | Wolf | Stiletto


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Nina Dobrev is Alice Lockwood.| 17 | Wolf | Lockwood | Beta

Jesse Tyler is Cam Lockwood.| 41 | Human


Michael Trevino is Mason Lockwood.| 17 | Wolf | Lockwood | Alpha.

Sinqua Walls is Sean Patek. | 16 | Wolf |Stiletto.


  JR Bourne is Carl Lockwood | 43 | Human

Melissa Ponzio is Clarice McCall. | 42 | Human

Elizabeth Gillies is Ruby McCall | 16 | Wolf |Stiletto

Adelaide Kane  is Megan Carter | 18 | Human.

Misha Collins is  Mr. Holland | 37 | Profesor | Human.

 Kris Holden-Ried is  William Bukowski | 40 | Wolf | Takes | Alpha.

Paul Amos is Charles. | 39 | Wolf |Takes | Beta

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Karen Gillian is Jane Smith | 16 | Human.

Ben Barnes is Ethan McCall | 19 | Wolf  | Stiletto | Apha.

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Alex Pettyfer is Kyle Reynolds | 18 | Wolf | Stiletto | Beta.

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 Charlize Theron is Susan Smith | 39 | Directora | Human.

Chace Crawford is Aiden Carrow | 17 | Wolf |Stiletto.

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Brandley James is Gael Carrow.| 18 |Wolf | Stiletto.